8 errores que debes evitar a la hora de contratar un abogado de divorcio

1. Contratar a un familiar que sea abogado de divorcio

 No involucres a familiares directos en este proceso, incluso si son especialistas en el tema. Esto lejos de resolver la situación, podría traer más conflicto entre las partes. Además, su posición no sería completamente objetiva e imparcial.

Puedes pedirle a ese familiar que te asesore y recomiende algunos colegas que se encarguen de tu caso. De esta manera, tendrás un abanico de opciones para estudiar y minimizar las probabilidades de equivocarte al elegir a tu abogado.

Probablemente quieras contactar a un viejo amigo de la familia por la urgencia de resolver pronto la situación o porque por el lazo de amistad te cobre menos, pero no caigas en esto. Evalúa bien varios perfiles antes de tomar la decisión final.

 Es importante que el profesional que te defienda esté especializado en el área, ya que esto disminuye la cantidad de errores que se puedan cometer en el proceso por desconocimiento de la legislación.

2. No discutir las tarifas de honorarios profesionales 

 Este es un punto que debe quedar muy claro antes de iniciar la relación abogado – representado. En la primera llamada debes preguntar si la consulta inicial tiene algún precio. Posteriormente, en la entrevista, deberás pedirle al abogado su tarifario.

 En vista de que existen diferentes tipos de honorarios como son las tarifas por hora, planas, estatutarias y adelantadas, asegúrate de que el profesional del derecho establezca cuál será la modalidad de pago, y además, la fije en un documento escrito.

 Pregunta cuáles servicios están incluidos en ese monto y cuáles no. También es importante aclarar si el precio fijado incluye gastos como fotocopias, impresiones, traslados, comidas o gastos en la corte.

 Si decides utilizar la tarifa por horas, pregunta cuántas horas aproximadamente le tomará trabajar en tu caso durante el día, semana o mes. A fin de que no excedas tu presupuesto y no tengas cómo pagarle al especialista una vez terminado su trabajo. 

 3. Subestimar la importancia de este asunto legal 

 En ocasiones, las exparejas deciden dejar el conflicto a un lado y establecen acuerdos respecto a propiedades y custodia de los hijos. Esto es positivo en las separaciones, sobre todo porque se evitan grandes batallas. Sin embargo, eso no es suficiente.

 Muchas veces estos tratos son incumplidos por una de las partes o simplemente, cuando se ponen en práctica no obtienen el resultado esperado. Y es ahí cuando se pierde tiempo porque hay que comenzar de cero. 

 De allí la importancia contar con la asesoría legal. No subestimes la presencia de un buen abogado, en especial si se trata de un divorcio donde están involucrados niños. 

 Cuando nos referimos a las leyes, lo más inteligente es que cuentes con un profesional del derecho que tome las riendas del caso, te exponga la situación desde un punto de vista especializado y se eviten las improvisaciones que pueden resultar muy caras.

 4. Tener expectativas no realistas 

Debes tener presente que tu abogado de divorcio no tiene súper poderes. Es decir, considera cuáles son las tareas y sus límites. En pocas palabras, sé realista.

Para evitar que vivas de la ilusión, es importante que converses abiertamente con el especialista, le expongas tus expectativas y deseos de lo que quieres obtener y cómo esperas que sea el final del caso. 

Con base en esto, él será quien te diga cuáles cosas pueden obtener, por cuáles deben luchar y las que definitivamente no vas a conseguir. Consulta tus dudas y así evitarás decepciones al final del proceso.

Recuerda que en el divorcio, el abogado se encargará de todo el proceso legal para disolver sus activos en conjunto y resolver los problemas de custodia de los menores. Cualquier situación que involucre otro ámbito, no es tarea del profesional del derecho.

5. Elegir un abogado que no tiene tiempo para ti 

 Es motivo de alarma si notas que durante tu tiempo de consulta el abogado está pendiente de ver si la luz de su teléfono se enciende con una notificación o te interrumpe para vaciar su bandeja de correos electrónicos en vez de escucharte.

 Bien sabes que un abogado maneja varios casos. Por ende, su tiempo sea muy limitado pero si adquirió el compromiso de representarte deberá organizarse para cumplir de manera eficiente.

 Una forma de evitar inconvenientes es que fijen un horario de atención en la semana, ya sea para aclarar tus dudas o informarte cómo va el proceso. La comunicación asertiva es un punto clave que debe permanecer el tiempo que dure el divorcio.

 Si surgen preguntas de último minuto, puedes llamar a tu abogado pero ten presente que en ocasiones no te responderá al instante a menos que hayan firmado un contrato de exclusividad. Sin embargo, al desocuparse te devolverá la llamada.

 6. Creer que el abogado solucionará todos tus problemas 

Un abogado de divorcio no es sinónimo de un ser supremo multifacético. Este profesional te orientará, será empático contigo y dirigirá el trámite basado en tus intereses, pero no creas que solucionará todos los ámbitos de tu vida.

 Los logros de un abogado pueden ir desde simplemente divorciarte hasta obtener una cantidad realista de lo que quieres, ya sea en el área económica o emocional como la custodia de tus hijos. Lo que sigue después no le compete a tu asesor legal.

 Es decir, una vez firmado el divorcio el abogado no puede garantizar la estabilidad en tu vida, que tus hijos sean felices, superes la ruptura emocional o vuelvas a encontrar pareja. Eso no es competencia de un abogado.

Aunque los abogados de divorcio están acostumbrados a escuchar ira, frustración o tristeza, no son sus terapeutas. Así que no desperdicies tu tiempo ni dinero en asuntos que no están enmarcados dentro del ámbito legal. 

7. Ignorar tu sexto sentido 

 Tal vez parece insignificante, pero lo que diga el currículum vitae de tu abogado debe estar en sintonía con la empatía que genere, cómo te sientes en la conversación y la vibra que percibas en las primeras entrevistas. 

 Así sea el más profesional y tenga las más altas estadísticas en divorcios exitosos de su carrera o te cobre muy económico, si algo dentro de ti te dice que no es el correcto para tu caso, no lo contrates.

 No se trata de tomar una decisión desde el punto de vista emocional, puesto que debes evaluar racionalmente toda su experiencia y capacidad. Pero no ignores tu instinto, ese sexto sentido que indica cuando te conviene o no tomar una decisión. 

Para esto es importante que no te dejes llevar por la primera opción porque aunque creas que puede ser la correcta, debes evaluar al menos dos candidatos más para que al final contrates el que esté más acorde a tus gustos y necesidades. 

8. Elegir el tipo de asesoría profesional inadecuado 

 Lo primero que debes hacer es definir qué tipo de proceso de divorcio quieres llevar y basado en esto, buscar a un abogado especializado. Pide referencias a amigos, consulta páginas amarillas y directorio del Colegio de Abogados de tu condado. 

Existen diferentes tipos de abogados y personalidades, así que lo más importante es que la relación entre ustedes sea asertiva, cordial y de mucha confianza. Es casi imposible que el proceso fluya si no te la llevas bien con tu abogado de divorcio. 

Por ejemplo, si tu deseo es resolver el caso de manera amigable y evitar ir a la corte, pero el abogado contratado no le gusta conciliar, es posible que el trámite se convierta en una batalla campal entre todos los involucrados. 

Escoger al abogado de divorcio idóneo te permitirá ahorrar mucho tiempo, dinero y dolores de cabeza innecesarios. Recuerda que esta decisión definirá la forma en la que se desarrolle todo el proceso.

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