Este mediador no se limita a elegir cuál de los puntos es más válidos, el trabajo tiene que ver con la idea de aconsejar y hacerle ver al otro las ventajas de ceder en un aspecto. No se trata de algo particularmente fácil pero, si se hace bien, las ideas de todos serán tomadas en cuenta.

Lo que de verdad importa es identificar cuáles son los problemas más graves, y asegurarse de que ambas partes sean conscientes de eso. También se debe trabajar con malentendidos pasados y presentes, pues no todo es lo que parece si piensan desde un enfoque individual.

Todo caso de divorcio tiene sus prioridades. Hay aspectos más urgentes que otros para resolver. Por ejemplo, la custodia es algo que no debería improvisarse nunca. Los horarios, sueldos, disponibilidades y facilidades se toman en cuenta para tomar la decisión.

Así es como se lleva a cabo un proceso de mediación

Todas las sesiones de mediación se dictan en un ambiente neutral que, por lo general, no incluye a la casa familiar de la pareja que se está divorciando. Se busca un entorno seguro, donde ambos se sientan cómodos para dar su punto de vista de manera informal.

En esas reuniones solo están presentes el mediador y los cónyuges, aunque ese mediador podría sugerir la presencia de un abogado para que brinde consejos en algunos procesos. En caso de que el abogado sea el mediador, él mismo señalará las limitaciones legales que existan a cada idea.

Las conversaciones tienen carácter confidencial, pues no son de interés para los terceros. La excepción ocurre cuando ya se han tomado decisiones, porque deben presentarse ante un juzgado como parte del acuerdo al que se llegó para que el juez lo apruebe.

Es normal tener desacuerdos en el divorcio. Por eso, la mediación comienza con la discusión de estos puntos donde no hay aceptación mutua. Usualmente, se evitan las acusaciones a fin de encontrar soluciones válidas y evitar que el problema se incremente.

Lo que ocurre cuando se produce el acuerdo

Los acuerdos tienen un peso legal muy grande, aunque se crea lo contrario, y por ello es tan importante la presencia del abogado cuando se desarrollen las discusiones. Si hay consenso mientras el divorcio se desarrolla, lo que sigue es redactar un documento entre las partes.

También debe ir sellado y escrito de una manera en particular, pues va dirigido al juez que lleva el caso que se gesta. Claro está, la corte necesita aprobar ese documento para procesarlo y hacerlo parte del fallo final, ya que la idea es obtener un veredicto final.

Consideración de una mediación en el divorcio

Todas las personas que se divorcian deberían considerar los servicios de un mediador, o pedirle a su abogado que actúe como tal cuando la situación comienza a ser tensa. El divorcio tiene altibajos y, por ende, la prioridad debería ser la resolución de conflictos.

Estos problemas pueden ser pequeños o muchos más graves, y en ambos casos funciona tener a un agregado neutro para que escuche las ideas de todos. Las emociones suelen jugar un papel importante, así que también conviene tener ayuda de un terapeuta o un psicólogo.

Si crees que necesitas de un mediador para finalizar tu divorcio de una manera más pacífica, no dudes en contactarnos. Hacerlo, podría ahorrarte mucho dinero, pues mientras el caso se alarga, surgen grandes complicaciones y los pagos se incrementan. 

Lesiones Personales

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